El síndrome del impostor en los dueños de negocios: cómo romper el ciclo de la inseguridad
- Felipe Wityk Sanchez
- 13 oct
- 2 Min. de lectura

El síndrome del impostor es la sensación persistente de ser un fraude a pesar del éxito, la competencia o los logros evidentes. Quienes lo experimentan suelen creer que han engañado a los demás haciéndoles pensar que son más capaces de lo que realmente son, y viven con el temor constante de ser “descubiertos”. Aunque puede afectar a personas en cualquier profesión, es especialmente común entre los emprendedores, quienes operan en entornos de alta exigencia, visibilidad y con poca validación externa.
Cómo se manifiesta el síndrome del impostor en los emprendedores
Los emprendedores enfrentan presiones únicas que los hacen más vulnerables a este síndrome del impostor:
Múltiples roles: los fundadores deben actuar como CEO, marketeros y servicio al cliente, lo que genera una curva de aprendizaje constante y sentimientos de insuficiencia.
Aislamiento: muchos trabajan solos o en equipos pequeños, sin colegas que normalicen sus desafíos o celebren sus logros.
Cultura de comparación: las redes sociales y las historias de éxito crean estándares irreales que los hacen sentir que no están a la altura.
Altas expectativas: inversores, clientes y empleados esperan que tengan todas las respuestas, lo que amplifica la duda cuando no las tienen.
Pensamientos comunes incluyen:
“No merezco este éxito.”
“Solo tuve suerte.”
“Pronto se darán cuenta de que no estoy calificado.”
Estrategias para superar el síndrome del impostor
Superarlo no significa eliminar la duda, sino aprender a gestionarla y construir confianza con el tiempo:
Reconócelo: saber que es común y no refleja la realidad reduce su poder.
Registra tus logros: mantén un diario o carpeta de éxitos, testimonios y logros.
Habla del tema: compartirlo con colegas o mentores ayuda a normalizarlo.
Reformula el fracaso: considéralo parte del camino emprendedor, no prueba de incapacidad.
Ajusta expectativas: busca el progreso, no la perfección.
Invierte en aprendizaje: la confianza crece con la competencia.
Practica la autocompasión: trátate con la misma amabilidad que a un amigo.
Colabora y delega: no tienes que hacerlo todo solo; construir un equipo reduce la carga y refuerza el liderazgo.
Reflexión final
El síndrome del impostor no significa que algo esté mal contigo: significa que te importa profundamente tu trabajo y quieres hacerlo bien. Reconocerlo y usar las herramientas adecuadas te permite recuperar la confianza y liderar con autenticidad.Recuerda: no eres un impostor — eres un trabajo en progreso, como todo gran líder antes que tú.
La información presentada no constituye asesoría legal, fiscal, contable ni de valoración. Ninguna persona debe actuar basándose en ella sin la orientación profesional correspondiente y un análisis detallado de su situación particular.



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